¿Quién es Andreína Escalante?

Sí, al igual que tú, tengo un hijo con autismo. Y también me pregunté si tenía cura. Este fue el comienzo de una búsqueda que no solo cambió mi vida, sino que le dio propósito.

Conoce más sobre mí

Durante mucho tiempo creí que la respuesta estaba en diagnósticos, protocolos y terapias. Pero un día, una de mis doctoras me dijo algo que lo cambió todo:— Yo haré mi parte… pero tú tienes que hacer la tuya.— ¿Cuál es la mía?, pregunté.— Vas a poner tus manos en la barriga y en el corazón de tu hijo, y la otra en tu mente. Vas a visualizarlo diciéndote mamá. Y cuando lo creas de verdad, las cosas sucederán.

Desde entonces entendí que el amor —vivido en coherencia— no es solo emoción, es también ciencia y medicina.

9 años después, soy Health Coach especializada en autismo, con un enfoque que integra la psiconeuroinmunología (PNI) y la epigenética, pero sobre todo, soy mamá de Sebastián. De él aprendí que el verdadero neurodesarrollo no comienza con un protocolo, sino en la conexión profunda entre padres e hijos.

He visto cómo esa conexión transforma la biología, despierta emociones dormidas y cambia la manera de habitar la vida.

Por eso acompaño a familias para que no vivan este camino desde la culpa ni desde el vacío, sino desde la posibilidad de evolucionar, sanar y florecer.

Formo parte de una nueva generación de profesionales que busca activar esa coherencia para potenciar el abordaje multidisciplinario desde un lugar más humano y consciente.

Mi compromiso es claro:

Que ninguna etapa familiar se viva sin respuestas, y que cada niño, junto a sus padres, encuentre en este camino la posibilidad de evolucionar, sanar y florecer desde el alma.

¿Cómo lograr el cambio?

La familia y la comunidad generan el cambio

Colaboro activamente con centros especializados, instituciones educativas y fundaciones dedicadas al autismo y al desarrollo infantil, porque creo que el cambio real sucede cuando la ciencia, la familia y la comunidad trabajan juntas.

Todos ellos han confiado en mí

“Porque el verdadero neurodesarrollo no se trata solo de nutrición y terapias, sino de acuerdos de amor que transformen diagnósticos en posibilidades”.

Marcas aliadas que confían en mí:

¿Qué opinan las familias que han probado el Método Vivo?

“Andreína fue la primera en decirme lo que estaba pasando con Emiliano, y lo que vendría luego, pero yo aún dudaba. Gracias a ella pude entender muchas cosas del proceso, y encontré la ayuda correcta”.

Niloana Carrasco, mamá de Emiliano (2 años).

“Andreína trajo calma y claridad después del diagnóstico. Fue la primera persona que nos habló desde la empatía y nos ofreció una guía personalizada, no solo en nutrición, sino también en nuestro entorno familiar. Después de un año sin escuchar la voz de mi hijo, en menos de dos meses de implementar los cambios… lo escuchamos de nuevo."

Sasha, mamá de Marcelo (9 años).

“Antes, estábamos cada 3 semanas en la sala de urgencia, con fiebre de 40, infecciones en la garganta… Era un círculo sin fin. Así pasamos dos años. Empezamos el menú, y el cambio fue drástico. Y de repente, un día mi esposo me dice: ‘¿Puedes creer que hace tres meses que Franco no se enferma?’ ¡No nos habíamos dado cuenta! Y no es que Franco dejó de ser Franco… pero de alguna manera empezó a estar más presente, menos irritable, con más contacto visual. Fue como si al cambiar la dieta, las fiebres simplemente se hubieran detenido. Había algo que no estaba bien… quizás alergias, o algo en su sistema inmunológico”.

Shantall Lacayo, mamá de Franco (6 años).

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